Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres. Pitágoras.

Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres. Pitágoras.

¡¡BIENVENIDOS!!

Hola a todos y todas los compañeros/as de esta asignatura. Esperamos que os resulte útil nuestro blog y que juntos nos enriquezcamos!!

Síntesis B2

"De cómo hemos ido aprendiendo a enseñar"

Nuestra práctica educativa ideal se centra en un modelo constructivista, donde se destaque el papel activo del alumnado, partiendo de sus intereses y necesidades, donde las actividades sean motivadoras y significativas para los niños y niñas. Por la tanto se tendrá en consideración el contexto socioeconómico y cultural de la cual partirá la labor educativa. Tendremos en cuenta la atención a la diversidad y atenderemos de una forma personaliza a cada alumnado. Pero también es cierto, que hoy en día es muy complicado llevar a cabo las clases bajo estas perspectivas. Se nos exige de alguna manera, medidas de organizaciones y evaluaciones tradicionales.
Basándonos en la experiencia educativa, podemos comprobar que muchas de estas teorías no son llevadas en el aula. Pues llegamos a sentirnos como ese “peón de obra que trabaja siguiendo los planos de otros”. Es decir, se nos cohíbe la libertad de innovación, ya que debemos seguir unos criterios y líneas de actuación.
Por lo tanto, pensamos que la práctica educativa en la actualidad se acerca más al modelo Tradicional que al Progresivo o de innovación.

            Hemos llegado a pensar como pensamos porque nuestros criterios surgen de nuestra socialización como estudiantes y profesorado. Puesto que somos el producto de la sociedad, de la escuela, de la familia, etc. Hemos tenido profesores, aulas, clases, etc. de lo más tradicional, algo en nosotros nos ha hecho ver que esta educación rígida no era la que iba a necesitar la sociedad por lo que aunque si es cierto que nuestra formación en la universidad ha seguido siendo completamente rígida y tradicional, cuando hemos tenido o tengamos la posibilidad de enseñar, lo haremos o al menos lo intentaremos hacer de manera diferente.  

            Abarcando las diferentes etapas por las que hemos pasado, si bien es cierto que ahora reconocemos que se debería elevar el nivel de la formación, incrementar el conocimiento pedagógico y curricular específico de la profesión docente y que se debe fomentar la conexión entre la formación inicial, que es la carrera y la permanente, que es la que se debería realizar una vez acabada la carrera y de forma indefinida.

            Cómo podemos reconstruir nuestra práctica educativa. Primero pensamos que sería conveniente empezar por la Facultad, ya que es la encargada de formar a los futuros docentes. Ésta debería cambiar su metodología y contenidos y hacerlos más prácticos, pues la mayoría de las asignaturas son puramente teóricas y se quedan en el olvido. No sabemos llevarla a la práctica. Actividades más participativas: exposiciones, trabajos grupales, dinámicas, etc. El periodo de prácticas debería ser más largo y más exigente, para involucrarnos desde un principio en el ámbito futuro. En el terreno práctico, es decir, ya como docente, debería llevarse una educación más abierta y flexible a todo el alumnado. Que sea ella la que se adapte y no el alumno/a. Una educación basada en Competencias Básicas, que el proceso E-A, sirve para llevarlo a la práctica, a la realidad (vida cotidiana). Es importante estar al día, y para ello es bueno y necesario una formación continua y permanente para el profesorado. Que éste se forme y recicle a medida que pase el tiempo. Ahora estamos en el tiempo de las NN.TT., que si ordenadores, Internet, redes sociales, etc.

            En cuanto a la desprofesionalización docente, podemos decir, que el profesor de años atrás, era muy valorado en la sociedad, pero hoy en día, cada vez estamos menos valorados. Desde nuestro punto de vista el verdadero problema radica en el respeto y la educación.

Pensamos que los programas de formación continua  pueden generar controversia en al exigir al profesorado cambios en su forma de pensar y actuar, por lo que a veces, provoca en los docentes mecanismos de oposición a la innovación. Esto se manifiesta en el rechazo hacia los formadores y a los programas de formación. Los cambios siempre suponen incertidumbre e inseguridad, de ahí que aparezcan barreras psicológicas y conflictos de valores.
Entre otros obstáculos, podemos encontrar las experiencias negativas, el miedo a hacer públicas las deficiencias de cada uno, la dificultad que tienen los docentes para percibir los beneficios de la formación, el temor a la evaluación, y la escasa vinculación de las ofertas de formación con las necesidades específicas del profesorado.